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Nuestra Fundación

Bien decía Oscar Wilde que “un soñador es el que solo puede encontrar su camino con la luz de la Luna y su castigo es que ve el amanecer antes que el resto del mundo”. En la Fundación Guaicaramo somos soñadores, nuestros fundadores, junta directiva, patrocinadores, equipo, aliados y beneficiarios estamos convencidos de un sueño: sembrar desarrollo territorial. Hemos trabajado durante más de cinco años por sembrar esperanza en el piedemonte llanero colombiano; esta aventura nos ha llevado por caminos destapados y escarpados, con altos y bajos, nos ha retado y puesto a prueba, nos ha hecho caer pero también nos ha dado la fuerza para levantarnos y seguir con la cabeza en alto y con la fe y la convicción intacta de que con pequeñas acciones podemos transformar el mundo, porque sabemos que nuestro entusiasmo, compromiso, pasión, voluntad y energía son el motor principal de una máquina que convierte sueños en realidad: La Fundación Guaicaramo.

Hemos soñado con transformar los esquemas tradicionales de inversión social para convertirnos en un referente de impacto comunitario e intervención social con sustento técnico y humano. La Fundación se ha reconfigurado y reestructurado de manera constante para adaptarse a los desafíos que imponen los entornos complejos en los que trabajamos y los cambios en los esquemas y modelos de financiamiento del sector social en Colombia. Buscamos innovar de manera constante y evolucionar en el marco de un proceso de mejora continua que haga posible que las comunidades que atendemos tengan lo que merecen: lo mejor de nosotros.

En estos primeros cinco años hemos aprendido muchísimas cosas de nuestro entorno, del ecosistema social y de nosotros mismos; hemos robustecido nuestra intervención y nuestro crecimiento exponencial nos ha visibilizado a nivel nacional como una entidad que es evidencia de que, como dijo Einstein, “hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”, la voluntad de transformar, la voluntad de ser los mejores, la voluntad de servir a otros.

Confucio dijo que “no importa la lentitud con la que avances, siempre y cuando no te detengas”; la Fundación Guaicaramo ha trabajado de manera fuerte en un modelo de intervención sostenido y medible en el tiempo que promueva una transformación integral del territorio a partir de las problemáticas estructurales que afectan el conglomerado social, estamos convencidos de que analizando nuestro entorno y poniéndonos en los zapatos de nuestros beneficiarios lograremos transformar el territorio intervenido y promover el bienestar monetario y no monetario de las comunidades beneficiadas de nuestra intervención. La persistencia y claridad que tenemos en metas específicas hace posible que podamos cuantificar nuestro impacto y revisar nuestras estrategias, procurando siempre tomar las mejores decisiones en pro de nuestros beneficiarios.

Estos primeros cinco años empiezan a arrojar sus primeros frutos, hemos recibido reconocimientos y premios que nos impulsan a seguir trabajando, pero también hemos empezado a evidenciar los primeros impactos cuantificables de nuestra intervención y trabajo por medio de indicadores que reflejan reducción en la tasa de embarazo adolescente, el mejoramiento de la calidad educativa en primaria, la reducción de la violencia contra niños, niñas y adolescentes, entre otras. La transformación que evidenciamos en nuestros beneficiarios y usuarios nos impulsan a seguir trabajando y consolidando a esta organización como una entidad líder en intervenciones sociales en el piedemonte llanero colombiano.

Sabemos que vendrán una y mil tormentas, que las dificultades siempre aparecerán, que se retará y cuestionará nuestra misión, y en esos momentos difíciles buscaremos inspiración en la comunidad que hoy es la Fundación teniendo en cuenta las palabras de Gandhi: “cuando hay una tormenta los pajaritos se esconden, pero las águilas vuelan más alto”.

Queremos compartir con ustedes la alegría de tener más de cinco años de trabajo incansable por el desarrollo territorial del piedemonte llanero. Queremos invitar a nuevas manos a que se unan a esta causa que, con entusiasmo, pero también con esfuerzo técnico está logrando transformar vidas. Seguiremos soñando en grande y trabajando de manera incansable, con el mismo amor y pasión de transformar el piedemonte llanero colombiano y demostrar que “lo Imposible es el fantasma de los tímidos y el refugio de los cobardes- Napoleón Bonaparte”.

Sergio Fernando Ibarra Rivera

Director Ejecutivo 2013-2019